En algunos momentos, la vida nos pide parar… silenciar el ruido externo para escuchar el pulso interno. Para mí, uno de los caminos más potentes para lograrlo ha sido el tambor chamánico.
Cuando toco el tambor, no es solo un instrumento el que vibra. Vibra la tierra, vibra mi corazón y, sobre todo, se activa un espacio sagrado de conexión profunda. El tambor no solo marca un ritmo: invita al alma a recordar.
¿Qué es una meditación con tambor chamánico?
La meditación con tambor chamánico es una práctica ancestral que se encuentra en muchas culturas originarias del mundo. A través de un ritmo constante, monótono y envolvente, el tambor induce un estado de conciencia ampliado. No se trata de “dormirse”, sino de entrar en una percepción más profunda y sutil de uno mismo y del entorno.
Durante la sesión, se puede experimentar:
- Liberación de emociones contenidas
- Visualizaciones o símbolos personales
- Mensajes del subconsciente
- Una sensación de paz, unidad y conexión con la naturaleza
¿Qué sucede durante una sesión?
En mis sesiones, te acompaño a través del sonido del tambor para que puedas adentrarte en tu mundo interior. No necesitas tener experiencia previa ni seguir ningún dogma. Solo es necesario permitirte estar, respirar y sentir.
A veces, se combinan otros elementos como silencios, sonidos naturales, la voz o la intención de una pregunta personal. Cada encuentro es único y responde al momento que estás viviendo.
¿Para quién está indicada esta práctica?
La meditación con tambor puede ser útil si buscas:
- Reducir el estrés y la ansiedad
- Recuperar el equilibrio emocional
- Conectar con tu intuición y propósito
- Sentir una mayor presencia en tu día a día
Mi experiencia personal
Crear mi propio tambor fue un rito de paso. Lo hice con mis propias manos, con respeto, paciencia y escucha. Desde entonces, se ha convertido en un aliado en mis sesiones terapéuticas y en mi propio camino de autoconocimiento. No es un adorno: es un ser vivo que habla con cada tañido.
Una invitación
Si sientes la llamada del tambor, si tu alma anhela un espacio donde simplemente ser, te invito a probar una sesión. Quizás no cambie el mundo de inmediato… pero puede cambiar tu manera de estar en él.
Individual o en grupos
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